jueves, 16 de diciembre de 2010

No controles


Esta es la imagen mas difundida en los mails ultimamente, y se corresponde con los controladores aereos volviendo a sus puestos de trabajo tras decretarse el estado de alarma...

A mi me viene esta otra imagen:



Efectivamente, es una de las sintonías que forman parte de nuestra banda sonora. No cuelgo el vídeo porque Vicky no me deja, a pesar de la jugosa paleta ibérica que la mandé...

Bajo la apariencia de un megajit  machacón ochentero se esconde un mensaje que permanece vigente y que todos hemos adoptado como lema en nuestra juventud: la rebeldía contra las imposiciones externas, vengan de quien vengan, que nadie te condicione o regule tu vida privada.

Pues bién, aquí tenemos un conflicto de intereses entre unos muchachuelos de los que depende la vida de las personas que viajan en avión y otros muchachuelos de los que depende la vida de todos los que vivimos en la aun llamada España, que al final ha quedado reducido a un simple enunciado: quién tiene el control del cotarro.
Lo peor de los muchachuelos es que ambos utilizan herramientas y modos dignos de un Corleone, esto es, extorsión, coerción violenta e intimidación a través del daño inflingido a sus inferiores. De momento gana el gobierno (familia Corleone) que con la inestimable ayuda de Lucca Brassi (el ejército, aquí un tonto util a la altura moral del fiel sicario del Don) ha conseguido meter en vereda a los controladores (familia Tataglia pasada por el departamento de moda de el Corte Ingles a juzgar por el porte de Cesar Cabo), con lo que tiene las manos libres para mantenerse en el poder mientras dure el estado de alarma, prorrogado hoy en el Congreso hasta bien pasadas las navidades.


Es evidente que estamos ante una guerra de bandas en la que está en juego algo mas que unos derechos constitucionales o unas horas extras de mas o de menos. Hasta me atrevo a decir que lo de menos es el espacio aéreo español.
Aquí se está poniendo en entredicho quien esta al mando, quién controla a quién.

(Nada que ver con la idealizada lucha de clases que enarbolan los nostálgicos de la izquierda mas reaccionaria, mucho mas que la acomodaticia e idiotizada derecha española que padecemos desde marzo del 2008.)

Ahora mas que nunca se impone una vuelta a los tiempos del instituto, a la primera pubertad, a la melodía de Olé Olé como himno revolucionario:  
NO CONTROLES.

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